A veces no me apetece sexo, solo
comer. Y hablo de felación, no de juegos de palabras evidentes. Sí, me relaja.
Eso es un hecho. Todo surgió porque entre caña y caña un amigo me confiesa que
no le gusta “que se lo coman”. Al no estar en consulta me explayé a gusto, abrí
los ojos, di un grito y le solté: chiquillo cuéntame eso con detalle. Él se bebió
el botellín de un trago y contesta: ¡cómo te gusta el sexo! Jajajaja Yenny es
superior a mí, no puedo relajarme y dejarla a su suerte. Es evidente que no es
un problema de técnica sino de confianza. Continuó: yo lo intento pero sé que
los dientes están ahí, o que puede succionarme y hacer vacío… yo que sé… no
quiero… lo mío es meter y sacar… y oye, que bien me va.
Por supuesto conmigo no tiene
futuro, primero por ética profesional, y segundo porque mi boca es sexo. Hoy
vamos a hablar del placer de recibir un oral.
“La regla de oro es relájate, no
te pongas tensa y déjate llevar”. ¡Cuánto gurú suelto hay! Claro que la
cuestión es olvidarse de todo y sentir, pero si no pasa, por mucho que se lo
digas no lo va a conseguir, incluso es peor. Es como a un tímid@ cuando le
dices: no te pongas rojo, más se enciende.
El sexo es mente. Pues preparemos
la mente. O mejor, vamos a engañarla. Si, han leído bien. La boca es lo más
instintivo que tenemos. Nacemos con el reflejo de succión.
Engañemos la parte de abajo trabajando la parte superior. Y se hace así:
1. No
ir a tiro hecho. Me explico. Los genitales son muy sensibles, tanto de un sexo
como de otro. Si los tocamos sin estar preparados, lubricados, duele.
Besa, juega con la lengua de tu pareja, acaricia pecho, roza su espalda, pega
tu cuerpo, respíralo, deja que la sangre vaya llenando pene, labios, clítoris.
Deja que te ansíe.
2. Paso
a paso y con buena letra. Las manos escriben. Antes de usar la lengua usa los
dedos. Vete despacio. Horror esas imágenes de vídeo donde dan tortas. Eso solo a
la carta, por favor. Mira si está mojad@, si no es así, aplica saliva, la tuya
o la suya. A estas alturas no estaremos con escrúpulos ¿espero? Roza con la
yema de los dedos la vulva, agarra con las manos el pene. La respiración te guiará.
Si andas perdid@ pregunta algo sencillo: ¿te gusta? Vete aumentando intensidad.
Movimientos giratorios suelen ser aceptados en ellas. Ellos arriba y abajo, ojo
con la piel, glande y frenillo, ahí radica “zona confort” o vuelta a la
tensión. Si sigues perdid@ truco infalible: coge su mano y ponla encima de la
tuya, te indicará. Así aprendí yo los cambios de marcha al conducir.
3. El
olor. Much@s se agobian con ese tema. Ojalá todo fuera de tan fácil solución.
Partiendo que el olor de los genitales es “natural”, a no ser que haya una infección
(flujo espeso, cambio de color, manchas en el glande) podemos adornar ese olor
si frena. Hay lubricantes de sabores que abren el apetito. Los hay con efecto
calor que invitan a refrescar. Para los que no quieren gastos, como escribí en
un post anterior, la despensa es un mundo multisabor (nata, yogurt, sirope, cremas…)
Todo es untar y saborear.
4. Ya
estamos “in situ”. Seguimos en la misma línea: sentido común. Ni se te ocurra
morder o tirar de los labios aunque sea jugando. Esas cosas si las desean que
las pidan. Hay gente que le gusta mirar, otr@s prefieren cerrar los ojos. No
obligues. Cada uno tiene derecho a sus vías de placer. Aconsejo la lengua ancha,
lengua fina es incisiva, déjala para después. Recorrido largos para luego pasar
al corto. Movimientos giratorios en glande o clítoris al final. Y vuelta a
empezar. Busca y escucha su cuerpo.
Cuando encuentres el punto exacto lo sabrás. Palabra de sexóloga.
5. Para
finalizar una cuestión que me suelen preguntar ¿tragar el semen o no? Eso
depende de la persona, tanto del que expulsa como el/la que recibe. Hay hombres que no le gustan eyacular
en la boca. Advertencia: el semen puede ser elemento transmisor de ETS.
Dejo de escribir
Mis manos se van
a engañar mi mente
Deseo Oral Latente.
Con – Sex
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