Tengo 50 años. Soy muy consciente
de mi madurez. Soy una mujer con curvas. Voluptuosa. Una “mujer neumática “como
diría Huxley “En un mundo feliz”. Despierto deseo, quizás morbo (empiezo
un poco subidita pero odio la falsa humildad).Hace mucho tiempo, más de lo
conveniente para mí, que no comparto lecho. Tengo la libido muy alta. Soy
consciente. Me atrae los hombres seguros, inteligentes, con sentido del humor y
más jóvenes que yo. No lo puedo evitar. Hasta mi exmarido es más joven que yo.
Corría el año 1992 cuando caminé hacia el altar. Fue una equivocación. Soy
consciente. He aprendido mucho en esta vida, he pasado por quirófanos, llevo en
mi cabeza 187 puntos (abstenerse chistes fáciles) he visto la soledad y el
desamparo y todo ello me ha hecho ser una mujer fuerte, fluida y feliz. Soy
consciente. Soy antisocial, por cada tres horas que paso con gente necesito un
día de aislamiento. Esa es la fórmula. Rozo el salvajismo pero sin perder las
normas de cortesía y la educación. Tengo pocos amigos, se pueden contar con los
dedos de una mano. Ellos son mi familia, mis pilares. Soy consciente. Tengo dos
hijos: Selene a la que admiro como mujer y Ulises que es mi ejemplo a
seguir. Se me quedo uno en el camino. Así tuvo que ser. Nací para ser madre.
Soy consciente. Adoro escribir, necesito escribir. Lo hago todos los días desde
que tengo 14 años. Mis estanterías están llenas de diarios. Cuando muera,
Raquel se hará cargo de ellos. Mis hijos no pueden leerlo todo. Sufrirían, y ya
no estaré yo para explicárselo. Soy consciente. He amado con locura a dos
hombres. El primero tardé 10 años en olvidarlo, al segundo lo llevo tatuado y
todavía me reconforta en sueños. A su vez, he sido querida por dos hombres. No
he conseguido el compañero de viaje. Quizás no sirva para compartir camino. He
tenido suerte en el amor. Soy consciente. No puedo vivir lejos del mar, si mi
horizonte no es azul me asfixio. Es un trastorno que me trataron cuando vivía
en Madrid. Un gran hombre me dijo que llevo a Yemayá en mi sangre. Soy
consciente.
Tengo 50 años y soy una página en
blanco donde el inconsciente me guía porque mi perra Greta me ha enseñado una
nueva forma de amar, porque después de 23 años trabajando en el mismo lugar
deseo empezar de cero, porque en cada encuentro sexual voy con la memoria de un
pez, o sí lo prefieren como dulce doncella. En definitiva y para concluir,
tan importante es tener consciencia de lo que te suceda como la necesidad
de perderla. En el fondo, lo que deseo es caerme al cielo y elevarme al
infierno. Con- Sex
Eres tú, esa personalidad arrolladora sale, exhala en el post que has escrito. ¡me encanta! ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarMil gracias Patricia
ResponderEliminarMe encanta, no podrías haberte definido mejor. Eres admirable.
ResponderEliminarMuchas gracias Ulises.Personas como tú son las q me hacen seguir adelante!
ResponderEliminarEn algunos párrafos creí que escribía yo. Por eso creo, que somos tod@s tan parecidos que a veces no nos soportamos.
ResponderEliminarP.D; Vivo junto al mar, padecemos la misma patología...... ; )
Me reconforta saber q te has identificado c mis palabras.Gracias
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