domingo, 11 de mayo de 2014

NO AL CÓDIGO DE BARRAS. NO A LA HORMONA DEL AMOR.

¡Qué ola de romanticismo estamos viviendo! El amor todo lo justifica. ¡Ole y ole! Según investigaciones científicas, cuando te enamoras se eleva la segregación de unas hormonas que ya en “estado natural” se encuentran en nuestro organismo. Así que la hormona del amor no surge por amor, pero si se eleva por amor. ¡Qué bonito me quedó! Hoy vamos a hablar del enamoramiento y sus consecuencias.
El enamoramiento es parte de un proceso bioquímico que se inicia en la corteza cerebral y que se difunde al sistema endocrino. Cuando te enamoras, tu cerebro libera neurotransmisores y sustancias que producen estados de excitación, felicidad, bienestar “inexplicable”. Estas sustancias que se encuentran relacionadas con el enamoramiento (hay varias…seguimos derribando ficción) son: testosterona (la hormona del deseo sexual), estrógenos (las hormonas de la reproducción), endorfinas (la hormona del placer), la oxitocina (la que se asocia a la felicidad y a la vida amorosa inicial de una pareja), dopamina (la hormona que produce adicción al placer).
Una vez dicho esto, no quiero minimizar la importancia de una respuesta química en nuestro organismo. Es cierto, que en esta fase se experimentan reacciones de excitación y deseo que pueden perturbar la razón. Estamos hablando  que un rostro, un gesto, una forma de hablar o moverse, nos parece las cosas más fascinante del mundo. El cerebro anula la apreciación objetiva de nuestro amado. Esta fase suele durar desde 6  a 18 meses. Luego pasamos a la fase “de mantenimiento”, y ahí entra lo que se llama “el sistema de recompensa”. Digamos que el futuro de una relación comienza a depender de factores muchos más profundos que un conjunto de hormonas y reacciones biológicas. Vamos, que no se puede confundir enamoramiento con estupidez. Hay unos principios, prioridades, valores inamovibles. Si dejas de tener criterio propio, si tu voz no cuenta, ya no estamos hablando de invasión hormonal sino de un trastorno asociado que debería trabajarse (inseguridades, baja autoestima, miedo a estar solo, dependencia…).En definitiva, el tiempo va colocando las cosas en su lugar porque una cosa es idealizar y otra admirar. Esto  segundo, por ejemplo, es lo que hace duradera una relación.

 Uff, creo que no me está quedando un post muy sensible. Pienso que el amor a fin de cuenta, es algo más abstracto y complejo como para reducirlo a una parte del cerebro (aunque se active 12 áreas, según Stephanie Ortigue). Yo comparto la opinión del escritor francés, François de la Rochefoucauld: ”Existe una clase de amor, pero hay miles de copias”. Quizás es que hay muchas copias circulando por el mercado. Así que no te vendan el cuento de las hormonas. Te lo dice una que se desmayó por un orgasmo, pero eso es otra historia. Con-Sex

2 comentarios:

  1. Creo que sería demasiado aprensivo a tanta química. Me enamoro cuando me sonrojo, tartamudeo y una simple sonrisa alivia ese instante. Cuando ya solo pienso en ella, no como, ni duermo, sé que algo psíquicamente va mal. Como diría François de La Rochefoucauld: "Cuanto más se ama a un amante, más cerca se está de odiarle."
    Buen post, como siempre. Siento no estar a la altura, con mis comentarios. Marco la fecha … en mi calendario.

    ResponderEliminar
  2. Querido Antonio, cuando se habla con el corazón siempre se está a la altura.Mil gracias !!!

    ResponderEliminar