domingo, 22 de marzo de 2015

Autoimagen…. el espejo si engaña.

Hace 23 años que utilizo una técnica para quererme, y es mirarme en el espejo durante unos minutos, sin prisas, deteniéndome, observando. Incluso tengo mi estilo Pataky con giro de medio lado. No hago apreciaciones, solo miro. Intento guardar mi imagen en el cajón mental destinado a ella. El cuerpo se puede transformar en cada etapa de tu vida. Y sé de lo que hablo, cogí 20 kilos en cada embarazo. Pero con constancia, que no obsesión, se puede conseguir resultados. No hay que ser esclavo de nada y menos del cuerpo que es una vaina. Hoy vamos a hablar de la autoimagen.
Autoimagen: la imagen que cada cual se forja en su mente sobre si mism@.
Siguiendo con el espejo me gustaría comentarles que eso que hago todas las mañanas, es uno de los ejercicios que suelo mandar para trabajar autoestima. Uno de los más difíciles de ejecutar y de los que más resistencia ofrecen mis pacientes. La insatisfacción con nuestros cuerpos es tan dura que los científicos han acuñado un nombre para eso, “la normativa del descontento”. No nos vemos con realismo, nos centramos en los defectos (lo refleja perfectamente la publicidad siguiente: https://www.youtube.com/watch?v=m54DJdsJELc).
Por eso mando observar, no valorar. La segunda parte del ejercicio si entro en los detalles, a mis listas. Centrarte en lo que te gusta. Siempre, siempre hay algo. Y al final de las sesiones esa lista no existe porque ya no hace falta. Se van con una percepción real de si mism@s.
A continuación y en mi línea daré unas pautas para aprender a valorarse, a querer el cuerpo que te ha tocado en suerte. Y digo en suerte, ya que es una suerte tener cuerpo. Sé de lo que hablo, he visto crecer malvas en campos que no deberían.
1.  Ámate a ti mism@ y verás que alguien te amará. A ver… ¿cómo es esto? Si voy del palo de quererme conseguiré que alguien se fije en mí. Craso error. La cosa es valorarte sencillamente porque estás a gusto con lo que ves, no de boleto de trueque. La imagen de ti mism@ es un trabajo interior.
2.  Es absurdo la comparativa. Si pretendes tener un cuerpo que no es real tenemos que trabajar otros aspectos de la personalidad. Si el agua cambia, imagínate unas formas con músculos, grasa y huesos. Si un día no te gustas, condénsate, ebulle, evapórate si hace falta o usa el photoshop, seguro que mañana no necesitarás filtro.
3.  Cuida tu cuerpo. No me refiero a dormir ocho horas y beber dos litros de agua y “que divina estoy ósea”. Me refiero a hacer ejercicio: caminar, correr, bicicleta, yoga, perderte en el monte… Pero pon la máquina en marcha. Funciona.
4. Aceptación que no es acomodación. No hay nada peor que el victimismo. Si no paras de comer háztelo mirar: carencias afectivas, metabolismo, estrés, ansiedad… Se puede tratar. Ojo, no a la dieta. Si a aprender a comer sano. Eres lo que te metes en la boca (sorry, me salió lo erótico…. sí, tengo que desconectar). 
      Para finalizar les quiero dejar un mensaje: no existe el ideal de belleza, lo hermoso es tener esencia, es tener actitud. Lo perfecto es ser imperfecto defendiéndolo con gracia, como solo sabrías hacerlo tú. Y aunque mi cuerpo está cambiando, lo tengo que aceptar, estoy en proceso… Quizás me haga falta perderme en otro espejo, en el espejo del tiempo.   Con-Sex.


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